Según el comunicado oficial lo que lo ha permitido ha sido precisamente la creación de PSA Motorsport hace un año, poniendo a las tres firmas del Grupo hasta la llegada de Opel bajo el mismo paraguas y en las mismas instalaciones de Satory. Esto no sólo deriva en sinergias como las vistas hasta ahora entre el Peugeot 208 T16 R5 y el Citroën DS3 R5 o el traspase de información técnica, sino que también se puede producir el cambio de cromos entre sus pilotos, algo que en teoría también debería permitir a Carlos Sainz sentarse en el WRC de la firma de los dos chevrones.
El piloto de Peugeot Sport en el Dakar y en el Mundial de RallyCross, se pondrá al volante en las próximas semanas del Citroën C3 WRC en una jornada de test sobre asfalto, con el objetivo no sólo de volver a ver a Loeb sobre un World Rally Cars, también para que el alsaciano les sirva de un feedback valioso sobre las posibles carencias que pueda encontrar en él.
Sébastien Loeb dijo que «todavía soy un apasionado de los rallyes. De todas las disciplinas que he probado desde que me retiré hace cinco años, tengo la sensación de que los rallyes es lo que más amo».
Fuente: Diariomotor.com